El aporte de los becarios provinciales a la colección del museo (1922-1942)

El aporte de los becarios provinciales a la colección del museo (1922-1942)

Desde mediados de la década del veinte un aporte muy significativo para el crecimiento de la colección de bellas artes, proviene de los envíos de obras realizados por los artistas becarios de la provincia que, a partir de 1923 y con intermitencias de tres años, comienzan a sucederse en sus viajes y experiencias formativas. Con anterioridad a esa fecha algunos artistas cordobeses fueron favorecidos con becas de estudio en el extranjero, aunque aquellas no estaban sujetas a un sistema regular de otorgamiento y control. Los viajes realizados por José María Ortiz (1882-1886), Emiliano Gómez Clara (1907-1916) y Octavio Pinto (1916-1920), con destino europeo, corresponden a ese período previo a la sanción de la ley de becas (ley provincial 3233, sancionada el 31 de agosto de 1922).

VIDAL, FRANCISCO Muchachas toscanas MP: 245

VIDAL, F., Muchachas toscanas, 1926, óleo s/tela, 115,5 x 101 cm (Col. MEC)

Los viajes de los becarios tienen un carácter primordialmente formativo, buscándose a través de ellos el perfeccionamiento artístico, este interés se traduce no sólo en la selección de los itinerarios, sino también en la realización de otras actividades como la frecuentación de los talleres de artistas y las visitas a museos y galerías.
En virtud de la ley de becas, los artistas se comprometen a enviar anualmente al gobierno de la provincia una obra que, además de servir para la evaluación de los adelantos realizados en sus estudios, tiene como destino último su integración en la colección de obras de arte del Salón de Bellas Artes.
Los artistas que resultan becados por la provincia a partir de la Ley 3233 son: Francisco Vidal, Antonio Pedone y Héctor Valazza (1923-1926); Edelmiro Lescano Ceballos, José Malanca y Ricardo Musso (1927-1930); José Aguilera, Enrique Borla y Horacio Juárez (1930-1933); Vicente Puig y Roberto Viola (1932-1935); Emilio Casas Ocampo y Ernesto Soneira (1936-1939); Aurelio Cortinovis y Santiago Velasco (1939-1942).

De izquierda a derecha: Alberto Nicasio, Gaspar de Miguel, Antonio Pedone ,Rosa Farsac, Gómez Centurión, José Malanca , Edelmiro Lescano Ceballos.

Segundo concurso de becas (1926). De izquierda a derecha: Alberto Nicasio, Gaspar de Miguel, Antonio Pedone, Rosa Farsac, Pedro Gómez, José Malanca , Edelmiro Lescano Ceballos.

Los destinos seleccionados por los becarios para su perfeccionamiento oscilan al comienzo entre España e Italia, y, conforme avanza el siglo, Francia y los países americanos. La obras remitidas desde Europa por los primeros becarios señalan una selección particular dentro del catálogo europeo, atestiguando la importancia que tienen para esos artistas lugares como Ávila, Florencia o San Gimignano. En los años treinta, Italia y Francia se afirman como destinos de los becarios cordobeses. Más allá de las diferencias entre disciplinas, tratamientos y adhesiones estéticas, pueden reconocerse ciertos puntos de contacto entre las obras individuales. Así, se registran desplazamientos hacia nuevos modos de representación de la figura y la frecuentación de temas, como el desnudo, antes poco usuales. Los trabajos enviados dan cuenta del impacto de ciertos desarrollos artísticos contemporáneos europeos como el fauvismo, el novecento italiano, u otras vertientes que exploran nuevas formas de la figuración.

José Carlos Mariátegui en el "Parque de la Reserva". Lo rodean, de izquierda a derecha: José Malanca, Nomi Mulstein, Miguel Adler, Amalia de Mariátegui (madre), Juanita (empleada), José Carlos (hijo), Amalia Cavero (sobrina), Sandro y Sigfrido (hijos), Lima, 1929. [fte: http://www.yachay.com.pe/especiales/mariategui/BDM/Icono/index.htm]

José Carlos Mariátegui en el «Parque de la Reserva». Lo rodean, de izquierda a derecha: José Malanca, Nomi Mulstein, Miguel Adler, Amalia de Mariátegui (madre), Juanita (empleada), José Carlos (hijo), Amalia Cavero (sobrina), Sandro y Sigfrido (hijos), Lima, 1929.

Los países americanos ingresan tempranamente en el horizonte de los becarios cordobeses, cuando en 1927 Malanca inicia un viaje que lo lleva por Bolivia, Perú, México, Estados Unidos y Chile. Con el estallido de la Segunda Guerra, América aparece nuevamente en el horizonte de los becarios del último grupo.

 


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