Los salones de los años treinta en el Museo Provincial: “Primer Salón de Bellas Artes de Córdoba” (1933)

Los salones de los años treinta en el Museo Provincial: “Primer Salón de Bellas Artes de Córdoba” (1933)

En noviembre de 1933 se inaugura en el Museo Provincial el “Primer Salón de Bellas Artes” organizado por la Comisión Provincial de Bellas Artes [en adelante CPBA]. Aunque en rigor no es el primer salón oficial realizado en Córdoba -correspondiendo ese lugar al Salón de 1916- la denominación procura afirmar la novedad de la iniciativa, gesto que vemos repetirse en la escena artística cordobesa en otras oportunidades. Al margen de ello, el certamen constituye una ambiciosa apuesta artística de alcance nacional que logra captar la atención de los artistas, evidenciada en la cantidad de envíos de obras. En paralelo al Salón, la comisión organiza una exposición individual del escultor Alberto Lagos en una de las salas del museo. Con motivo del salón es editado un catálogo en el cual se reproduce el reglamento del certamen y el listado completo de las obras y artistas participantes de la exposición.

La organización

La realización del salón responde a una iniciativa de carácter oficial impulsada por la CPBA presidida por el arquitecto Jaime Roca. La misma es considerada novedosa en relación a la participación activa del gobierno provincial que -a través de la comisión- encara la organización del evento. Desde la CPBA se encaran gestiones en diversos ámbitos públicos y privados, inclusive fuera de la órbita provincial, para obtener fondos para la adquisición de obras. Los resultados en el ámbito público son diversos: el presidente de la república, Julio A. Roca, ofrece la donación de una medalla de oro y la suma de quinientos pesos; por su parte, el presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Juan Cafferata, se compromete con un aporte de dinero similar; desde el gobierno provincial se acuerda la suma de tres mil pesos –luego reducida a dos mil pesos- y la donación de un objeto artístico destinado a los premios; las cámaras legislativas provinciales se comprometen a un aporte de quinientos pesos cada una y la municipalidad que inicialmente promete una contribución de ese mismo monto, lo reduce finalmente a trescientos pesos.

Córdoba, 22/11/1933

El jurado

Según lo establece el reglamento el jurado está integrado por cinco miembros, dos designados por los expositores (Antonio Pedone, Dir. Museo Provincial y Francisco Vidal, Dir. Academia Provincial de Bellas Artes) y tres por la CPBA (el arquitecto Jaime Roca, el pintor Carlos Camilloni y el escultor Alberto Lagos) y tiene a su cargo la admisión de las obras para ser exhibidas, su colocación en el salón y la selección para las adquisiciones cuyo destino final es la colección del Museo Provincial. Si bien en el reglamento no se establecen premios, a medida que se van confirmando las donaciones se instituyen dos premios únicos: la medalla de oro donada por el presidente de la república y un objeto artístico del gobernador de la provincia, los que son otorgados respectivamente al escultor Gonzalo Leguizamón Pondal por su obra Flor indígena y al pintor cordobés Edelmiro Lescano Ceballos, por un su óleo Retrato de niño. Estos premios no constituyen adquisiciones, por lo cual las obras no se integran al acervo del museo.

La inauguración

Pospuesta en dos oportunidades finalmente la inauguración se realiza el 21 de noviembre. En parte la demora obedece a la importante cantidad de obras recibidas y al problema de espacio que esto genera en las reducidas salas del museo. En ese sentido el éxito de convocatoria del salón actualiza los pedidos de ampliación del edificio del museo que vienen siendo tratados desde mediados de año.

El País, 22/11/1933

Según lo establece el reglamento se receptan hasta dos obras por participante. En total son recibidas alrededor de 300 obras, un número más que significativo que además demanda un importante trabajo de selección por parte del jurado. Finalizada la labor de aquel cuerpo quedan en catálogo 172 obras, enviadas por 125 artistas. A este número se suman las que integran la exposición individual de Alberto Lagos, llegando a la cantidad de 189 obras que la prensa publicita.  

En cuanto a la procedencia de los expositores la presencia de artistas porteños supera de manera abrumadora y deja muy lejos a los cordobeses. La diferencia en la representación puede explicarse por las condiciones que impone el reglamento que, por una parte, impide la admisión de obras que han sido expuestas en Córdoba previamente, mientras que, por la otra, acepta obras exhibidas en el Salón Nacional de Bellas Artes que se realiza en septiembre. Estas disposiciones hacen que en la práctica varias de las piezas sean conocidas ya por la crítica y un público más especializado, aspecto señalado en varias oportunidades en la prensa.    

El acto de inauguración tiene lugar a las 18.30 hs. en el local del museo, contando con la presencia de representantes de diferentes instituciones. Asisten el gobernador, Dr. Pedro J. Frías, el intendente municipal, Dr. David Caro, el rector de la Universidad Nacional de Córdoba, Dr. Sofanor Novillo Corvalán, el ministro de gobierno, Dr. Carlos Agulla, el secretario de la gobernación, Manuel Villada Achával, el obispo diocesano, Monseñor Lafitte, el presidente de la CPBA, Arq. Jaime Roca, el director del Museo Provincial, Antonio Pedone, el escultor invitado Alberto Lagos, el pintor Carlos Camilloni, entre otros. Dos discursos son pronunciados: en primer lugar, toma la palabra el ministro Carlos Agulla, cuyo anuncio central es la creación del “Ateneo Provincial”, institución que funcionará en la sede de la Escuela Olmos, concentrando a las diferentes academias provinciales y a las principales instituciones culturales -la CPBA, la Biblioteca Pública, el Archivo General de la Provincia, entre las instituciones existentes- y ofreciendo un espacio para conferencias y reuniones para debatir temas de arte y ciencia. A continuación, en representación de la CPBA, pronuncia su discurso Jaime Roca que, refiriéndose al salón pondera los beneficios que su concreción traen sobre la educación artística, haciendo foco en su importancia para la vida artística en sentido amplio, es decir, como forma de motivación para los artistas a través de la competencia, a la vez que como mecanismo para generar un mercado de obras -fundamental para el sostenimiento de aquellos- y también, como medio de difusión del arte en el pueblo.

El País, 22/11/1933

El País, 22/11/1933

En palabras de Roca:

“En el concepto moderno de la educación artística, una exposición como ésta tiene un doble valor que conviene destacar antes que nada, el valor de estimular la labor artística, despertando la emulación, propiciando el ambiente adecuado para la contemplación y el juicio público. Por otro lado tiene una función social al educar los sentimientos y el gusto popular a través de la visión pura y elevada del arte, permitiendo conocer las obras de los mejores artistas del país. Dentro del campo programático de la cultura un Salón significa una escuela superior, abierta para el pueblo. […] Tenemos que crear un mercado para los trabajadores del espíritu si no queremos que ellos abandonen sus labores apremiados por las necesidades materiales de la vida.” (“Se inauguró el 1er.Salón de Bellas Artes”, El País, 22/11/1933)

También se refirió a la diversidad de las tendencias estéticas representadas, interpretada como propia de la “tesitura del arte contemporáneo”. A diferencia de otras naciones que ostentan sus propias escuelas, para Roca, no hay ninguna orientación que pudiera ser considerada “original” en ese momento del arte argentino. En cuanto a las obras exhibidas, corresponden “al núcleo de artistas más calificados y moderados del país” comenzando por la “obra consagrada” de Alberto Lagos, el artista invitado por la CPBA, y pasando “por una sucesión de escuelas en las que no faltan los ‘ismos’ más extremos volcados en estas tierras vírgenes en los últimos barcos llegados de Europa”. Otros tópicos de su discurso son la dificultad de síntesis en la época actual y la crisis espiritual como condiciones para la creación artística, entre otros.

El discurso de Roca revela las expectativas que existen sobre los efectos positivos que el salón puede arrojar sobre la vida cultural, como motorizador de diferentes procesos. Pero además, algunas acciones nos dan una idea del impulso que se busca imprimir a la vida cultural. Por una parte, además de la presencia de los representantes institucionales, un aspecto destacado es la asistencia del público a la inauguración del salón, hecho significativo y subrayado por los organizadores y la prensa. El interés por difundir el salón y alentar a los visitantes a que lo recorran es acompañado por acciones tales como la extensión de los horarios de visita –la exposición puede verse de lunes a domingo en tres intervalos horarios: de 10 a 12 hs., de18 a 20 hs. y de 22 a 24 hs.- y la gratuidad de la entrada habilita el acceso de un público amplio. Por otra parte, el salón es considerado una oportunidad para atraer a algunos de los críticos de arte con mayor reconocimiento a nivel nacional. Además de contar con la presencia de José María Lozano Mouján, vinculado al diario La Prensa -quién también participa como expositor-, está presente en Córdoba José León Pagano crítico del diario La Nación y Cayetano Córdova Iturburu que desde los meses previos mantiene estrecho contacto con la escena cordobesa a través de sus colaboraciones con el diario El País. Estas presencias no pasan desapercibidas en el ámbito local y funcionan como formas de jerarquizar el evento y colocarlo en el circuito artístico nacional.   

Las adquisiciones

El día de la inauguración el jurado da a conocer la lista de 14 obras cuya adquisición recomienda. Entre ellas figuran: Familia de Ana Weiss de Rossi, Paisaje de F. Vechiolli, Composición de Alfredo Bigatti, Paisaje de los Gigantes de Tapia, Figura de Ramón Gómez Cornet, Flores de Raquel Forner, entre otras. A partir de ese primer recorte la CPBA negocia los precios con los artistas, teniendo como principal limitación la suma recaudada que ronda en los siete mil pesos. Finalmente, son adquiridas un total de 12 obras: cinco óleos, tres grabados, dos esculturas, una tinta y una acuarela que son integradas a la colección de arte del Museo Provincial.


Fecha de la Exposición: 21 de noviembre /15 de diciembre de 1933


REFERENCIAS
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